LA INFLUENCIA DE HR GIGER

La estética del miedo

Pintura acrílica 

Pinturas medievales sobre martirios de santos, fantasías desbocadas de artistas que crearon las imágenes más misteriosas y perturbadoras surgidas de sus mentes, evolucionaron y tomaron nueva forma en la mente del artista suizo

Por Jorge Martínez

Habrá quien piense que la pintura sirve solo para decorar paredes o retratar lo bello de la vida pero nada está más lejos de la realidad.
El arte pictórico desde tiempos inmemoriales sirve entre otras cosas para mostrar tanto aspectos prácticos como la cacería en las pinturas rupestres como aspectos más terribles y oscuros de la existencia.

Generación tras generación artistas plásticos mostraron las imágenes más misteriosas surgidas de sus propias mentes.
Pinturas medievales sobre martirios de santos, fantasías desbocadas del Bosco o Brueghel, los agónicos Cristos de Matias Grünewald, las pinturas negras de Goya, el submundo de colores descrito por expresionistas y antecesores como James Ensor o Edward Munch, el perturbador universo de muchos surrealistas como Hans Bellmer, Víctor Brauner u Oscar Dominguez o el aullido existencialista de Francis Bacon... muchos han sido los que han usado su talento para explorar y expresar la cara más oscura y misteriosa de la realidad.
Hans Rudi Giger fue uno de ellos. No obstante su obra, no ha seguido un curso normal entre el arte y los artistas. Fue más reconocido como diseñador de efectos y elementos cinematográficos que como pintor, su obra quedó eclipsada por el enorme éxito de sus diseños para películas como Alien, que le valió para ganar un Oscar, y otras como la de Especies y Prometeus más recientemente.

De ninguna manera se puede negar la influencia de Giggen
Nacido en Zurich en 1940, Giger cuenta que creció y se educó entre frascos de pociones, material médico y modelos anatómicos humanos, algo que con seguridad influyó en su obra.
En 1965 termina su preparación en la Escuela de Artes Industriales de Zúrich, y durante unos tres años más trabaja para un estudio como diseñador de muebles de oficina e interiores, y es esos momentos cuando su obra artística deja de ser para Giger algo secundario.
Giger fue un pintor completo, con una enorme y genial obra a sus espaldas. Tal vez el hecho de que su obra es comercializada hasta la saciedad, a través de infinidad de almanaques, postales, posters, libros, cartas del Tarot y hasta juegos de computadora como Dark Seed I y II.

El uso del aerógrafo  

Otra razón para no haya entrado por la puerta grande de arte es que usara desde prácticamente el principio de su carrera una técnica tan subestimada como es el aerógrafo. Instrumento que la mayoría no suele relacionar con la pintura seria. Sin embargo el uso magistral, el refinamiento y preciosismo que logró en sus trabajos con el aerógrafo hace que parezca mentira que la gran mayoría de sus obras fueran realizadas con pistola pulverizadora a mano alzada.
Sea como sea el artista suizo será recordado siempre por muchos incondicionales como un maestro del mejor arte fantástico no solo porque ha creado un mundo absolutamente personal y perturbador con su arte y que trasciende lo estético, lo decorativo que lleva al observador a tener una visión descarnada de lo que a veces se oculta tras lo real.
Son obra exigen algo más del espectador, su publico escapa al mero gusto por divertirse o evadirse, es mucha su influencia en los nuevos pintores y artistas, cineastas su estética sobrepasa por mucho aquello de lo que aún pueda extraerse algún tipo de placer.
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La obra de HR Giger

Deja su trabajo y se dedica al cien por cien de su tiempo al arte. Para ese tiempo ya había publicado en varias revistas underground estudiantiles como Clou o Agitation. Estos dibujos serían el fruto de su estudio de Freud y la interpretación de los sueños. Se reunieron y publicaron en su primera carpeta de serigrafías con una edición de 50 ejemplares y pueden ser considerados un verdadero germen de su universo pictórico posterior.
De hecho marcaría el inicio de su personal exploración onírica en busca de motivos para sus obras. Según el propio Giger, sus sueños, y especialmente las pesadillas, fueron durante años su principal fuente de inspiración. La experimentación con drogas como el LSD, por ejemplo, no le reportaría según él mejores resultados.
Además de algunas primeras pinturas al óleo e infinidad de dibujos a tinta china, también comenzó a realizar algunos trabajos escultóricos en poliester, normalmente máscaras y distintos muebles.
Todos estas creaciones solían mostrar ya ése carácter híbrido entre lo artificial y lo orgánico, lo que después él mismo denominaría como biomecánico y que caracterizaría toda su obra. Este estilo precipitaría con los años una estética que sería adoptada por una corriente de la ciencia-ficción llamada cyberpunk, que encontraría en Giger un referente a la hora de describir a los seres humanos con componentes tecnológicos integrados: los cyborgs.
A partir de 1967 durante las noches y los ratos libres se dedica a realizar dibujos cada vez más grandes y elaborados. Surgen entonces auténticas obras maestras como Madre con hijo, Máquina de parir o Bajo la tierra, realizadas con una meticulosidad extraordinaria y surgidas de lo que evidentemente es una imaginación fuera de lo normal. Si bien durante toda esta época de iniciación (hasta 1972) intenta también refinar su técnica al óleo sobre madera, la cual había aprendido de forma autodidacta, pronto la abandona a favor de la tinta china trabajada con aerógrafo, técnica que terminaría adoptando para el grueso de su obra.
Sin embargo estos cuadros al óleo, de un marcado carácter surrealista que evidencia la influencia del surrealismo, sobretodo los paisajes de Richard Oelze y las imágenes eróticas de Hans Bellmer, no eran nada desdeñables.
Estos cuadros, muchos de ellos perdidos y solo conservados a través de fotografías, mostrarían normalmente paisajes extraños semejantes al interior de órganos anatómicos, repletos de cavidades, glándulas y excrecencias.


Destaca entre estos, los varios Homenaje a S.Beckett de 1968, donde figuras de carácter larvario se retuercen incrustadas en una estructura metálica. Este motivo, la carne atravesada por el metal y extraños componentes mecánicos, será una constante de su carrera y le relaciona de cerca a la obra de otros artistas, como pudieran ser el cineasta David Cronemberg o el escritor de terror Clive Barker, ambos también obsesionados con la carne y sus posibles transformaciones, así como por el dolor o la mutilación. Los tres, cada uno a su manera, construirían un universo personal con estos ingredientes, donde lo artificial, la mutación carnal y el erotismo más oscuro se mezclan indivisiblemente dando lugar a criaturas y situaciones inconcebibles.

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Con información de Internet
Imágenes por Jomagú